sábado, 24 de abril de 2010

Entrevista Bob Margolin

Ya se ha hecho hincapié en este blog en la celebración del 95 aniversario del nacimiento de Muddy Waters, y las actividades que se realizaron durante el pasado fin de semana en conmemoración de esta efeméride. Si en la anterior entrada se hablaba de la exposición sobre el músico de Mississippi, ahora llega el momento del plato fuerte de cuantas actividades se programaron, y que todas ellas giraron en torno a él. Se trata de Bob Margolin, un guitarrista que quizás a algunos no les suene pero que forma parte de la historia del blues.

Bob Margolin acompañó a Muddy durante siete años de su carrera musical, desde 1973 hasta 1980, además de poseer una extensa carrera musical en solitario y con las diferentes bandas que ha tenido a lo largo de su actividad dedicada al blues y al rock and roll . Ha trabajado junto a músicos tan importantes en la escena del blues como Johnny Winter, Pinetop Perkins o Hubert Sumlin, y apareció en la película 'The Last Waltz' de Martin Scorsese, acompañando a Muddy durante su actuación.

Stedy Rollin' Bob Margolin, el nombre artístico que le puso un disc-jokey para presentarle en una ocasión y que el músico nacido en Boston conserva desde entonces, combina su actividad musical con la dedicación a su sello discográfico Vizztone Label Group, además de escribir para varias publicaciones dedicadas a la música blues. Recientemente ha sacado su último disco 'In North Carolina', lugar donde reside en la actualidad.

Aprovechando la visita de esta leyenda de la música tuve la suerte de poder conversar con él durante unos minutos en forma de entrevista que, aunque corta, fue muy satisfactoria. Tras la master-class que Margolin ofreció para una veintena músicos admiradores, donde instruyó técnicas a la guitarra, combinandolo con un anecdotario interminable por la cantidad de Kilómetros y personajes que ha recorrido y acompañado a lo largo de su vida, contestó a las preguntas que un servidor consideró oportunas e interesantes sobre su vida y carrera.


Usted ha sido músico durante la mayor parte de su vida, y ahora ha creado el negocio de una compañía de discos, ¿cómo marcha Vizztone Label Group?

Está resultando muy interesante. Lo mejor de un sello discográfico no es una compañía de discos realmente, sino un sello discográfico para artistas independientes con su propio sello para conseguir mejores servicios discográficos, como distribución y publicidad. Mis socios son Richard ‘Rosy’ Rosenblatt de Boston, que es un viejo amigo y un buen músico, y tuvo el sello Tone Cool Records durante un tiempo. Mi otro socio es Chip Eagle, que escribe para Blues Review y Blueswax. La mayor parte de los lanzamientos que hemos hecho están yendo muy bien. Mi álbum ‘In North Carolina’ fue el primero, pero ahora creo que tenemos unos 25, y hay otros más que saldrán pronto.


¿Cree que se necesitan en el mundo, tanto en España como en USA, más sellos que apoyen este estilo de música?

Bien, no estoy seguro que los sellos discográficos trabajen mucho más para ellos mismos, como lo hacían en el siglo pasado. Ahora hay muchos músicos haciéndolo por su cuenta, que tienen sus propios sellos y funcionan muy bien. La mayoría de los músicos venden tantos álbumes por su cuenta, en conciertos, como en… hay muchas tiendas, ahora se puede descargar música y existe i-Tunes, es un nuevo mundo. Creo que todos reclamamos nuestra propia manera y lo hacemos tan bien como podemos.


Usted trabaja en algunas revistas donde escribe. ¿Cómo se siente como escritor?

Realmente disfruto haciéndolo, es solo contar historias para mis amigos. Ésta es la manera en que lo hago, no intento ser periodista ni investigar historias, solo hablar desde mi propia experiencia con otra gente que ama la música. Es una bonita experiencia.


Cogiendo sus propias palabras, usted dice: “toda la música que he escuchado y tocado, y todos los músicos con los que he trabajado han dejado su marca en mí”. Pero, ¿hay alguna marca especial de alguien en concreto?

La respuesta obvia sería Muddy Waters, pero no mencionaría solo a él. Era una persona especial, no era simplemente otro chico más. Si lo veías en un avión pensarías: ¿quién es ese hombre?, debe de ser alguien. La palabra que se utiliza para ello es ‘carisma’. Fue una poderosa influencia, pero a lo que me refería cuando dije y escribí esto era que de todos con los que he tocado he aprendido algo y siento algo de ellos, y he hecho amigos de la música blues con todos los músicos con que he trabajado.


Durante ‘El Último Vals’, donde usted participó. ¿Cómo se siente alguien cuando Bob Dylan le dice: ¿Ya te marchas, pensé que íbamos a tocar una jam junto a Eric Clapton, Levon (Helm), Ronnie (Wood)…?

Es un regalo, porqué le aprecio a él y a su música muchísimo. Es un fantástico compositor de canciones, intérprete en directo y con una personalidad propia en nuestro mundo, y estaba allí aun cuando solo tenía 35 años entonces. Pero me maravilla y lo respeto mucho. Ya no lo he visto desde entonces y él a mí tampoco, pero es una bonita experiencia para guardar dentro de mi corazón y me hace sonreír.


Deteniéndonos en ‘El Último Vals’, tengo otra frase de usted. Dice: “Muddy sentía que yo era bueno explicando lo que él quería en el escenario a músicos con los que nunca había trabajado pero, 25 años después, a día de hoy, todavía deseo haber sabido más con respecto a lo que Muddy quería”. ¿Qué más es lo que quería saber?

Si lo supiera lo sabría. Siempre estoy aprendiendo. A veces estoy tocando la guitarra, quizás tocando una canción que Muddy solía tocar, o tocando algo con su estilo y me equivoco, no lo hago de la manera que pretendía, sinó de la forma que sé, ¡eso es lo que estabas haciendo!, ahí está. Sé que eso está bien, que ese es el sónido, y todavía me ocurre algunas veces que, muchos años después, a veces 30, 35 ó 40, comprendo algo que había escuchado hace mucho tiempo. ¡Ahora sé porqué! Todavía soy un estudiante, como lo son otros músicos que conozco. Toco con Pinetop Perkins que es muy viejo y no puede mover sus dedos tan deprisa, pero puedes ver que todavía puede pensar y tocar. A veces estamos tocando y digo: no lo había escuchado tocar eso antes, sigue encontrando alguna cosa, y todos lo intentamos también.


Cuando usted está tocando, grabando o componiendo, ¿oye alguna vez desde algún lado la voz de Muddy diciéndole ¡Mal!, como solía gritarle cuando vivió con él?

No lo escucho físicamente, pero creo que sé cómo se sentiría sobre la mayoría de la música. Él quería ser profundo y directo, quería swingar con el ritmo. Hay un tono y un sonido en la música de Muddy que, cuando estoy tocando ese estilo, y no es lo único que hago, quiero estar agradecido a ese hombre por cumplir conmigo y transmitirlo a la gente que me escucha.


¿Qué opinión tenía Muddy de los Rolling Stones, de que utilizaran el nombre de su canción para su banda y también su música?

Él era muy amistoso con ellos, sabía como funcionaba el mundo, sabía porqué ellos eran más famosos de lo que él nunca podría ser. Lo apreciaba y le ayudaron, porqué ellos le hacían ganar más dinero y ser más conocido. Gente como Eric Clapton y Johnny Winter también le ayudaron mucho, al tiempo que lo respetaban fueron muy amables con él. Él lo apreciaba, entendía como funcionaba el mundo.


¿Cuál es su opinión sobre ‘Cadillac Records’, una película que pretende reflejar los comienzos de la música blues en Chicago?

Creo que no es lo que pasó pero es una buena película. Es Hollywood. Quien produce la película es Beyonce y se hizo una parte para ella misma haciendo de Etta James, que tal vez no fuera como ella era en realidad. No creo que Etta James tuviera un romance con Leonard Chess, pero eso hace una bonita historia. Por lo que a Muddy se refiere, la gente que lo conocía dice: ese no es el hombre al que conocí, no hay mucho de él. El chico que hace de Howlin’ Wolf es tal vez un poco mejor, pero no es real. No creo que sea la historia, es solo una buena película que está basada en algo que pasó hace mucho tiempo pero que no es exactamente como fue.


Bob Margolin sigue ofreciendo conciertos, la próxima ocasión en que se le podrá ver en directo será en el 'Festival de Blues de Hondarribia' en el mes de julio, una buena oportunidad de disfrutar del buen blues con este genio de las seis cuerdas.

viernes, 16 de abril de 2010

Exposición sobre Muddy Waters


Este mes de abril se cumplen 95 años del nacimiento de una de las figuras más importantes e influyentes del mundo del blues. Se trata de McKinley MorganField, más conocido como Muddy Waters, uno de los padres del blues del delta y de los primeros discos de la Chess Records, de quién los mismos Rolling Stones utilizaron el título de una de sus canciones para dar nombre a su banda.

Con motivo de este aniversario, y por iniciativa de la asociación Bad Music Blues, la Xarxa de Televisions Locals y el Centre Cultural Collblanc-La Torrassa, se han organizado una serie de actividades conmemorativas de esta efeméride.

Desde el jueves 15 de abril hasta el viernes 7 de mayo se exhibe una exposición sobre Muddy Waters en el ya mencionado Centre Cultural Collblanc-La Torrasa. Se trata de una serie de fotografias del músico y de otros personajes que han tenido relación con él a lo largo de su vida, principalmente compañeros de viaje durante su carrera musical.

A quien se pase por esta exposición le advierto desde mi modesta opinión que no se trata de uno de eseos eventos imprescindibles, ni siquiera muy interesante. Consiste en una pequeña sala donde se pueden ver, más que otra cosa, portadas de discos del bluesman, recortes de revistas donde Muddy es protagonista y, lo más interesante, unas pocas fotografias donde el músico de Mississipi aparece junto a otros grandes de la escena del blues en diferentes épocas.

Se exhibe un cuadro con la figura del considerado Padre del Blues de Chicago hecho con recortes de periódicos y revistas, y unas pocas grabaciones en forma de vinilo, cd pirata o video VHS de él solo o junto a otros músicos. Destacan unas grabaciones difícilies de conseguir junto a los miembros de The Rolling Stones Mick Jagger, Keith Richards y Roon Wood.

Bonito homenaje y bonita iniciativa, pero se hecha en falta un mayor contenido en forma de rarezas, coleccionismo o fotografías más significativas de una de las figuras más grandes de la música blues. Esperemos que esto sirva de ensayo para que, dentro de cinco años, se puedan celebrar los cien años desde el nacimiento de Muddy con otra exposición con más y mejor material.

viernes, 9 de abril de 2010

'Master Class' de funk en el Palau



Una clase magistral de soul, jazz y, sobretodo, funk fue lo que ofreció ayer en el Palau de la Música Catalana Maceo Parker y su banda. El saxofonista de Kinston (Carolina del Norte) califica su música de 2% de jazz y 98% de funky y los que asistimos anoche a su espectáculo podemos dar fe de ello.

No fue un monotema de Maceo y su saxofón, como algunos se podrían haber esperado, sino una lección de funk donde Dennis Rollins al trombón y Ron Tooley a la trompeta brillaron a la par que Parker. Éstos acompañados por una sección rítmica que demostró que la exactitiud no solo es cosa de las matemáticas. La guinda la pusó el público que durante todo el concierto estuvo muy participativo.

En realidad, hacía años que no asistía a un concierto con un público tan entregado y dispuesto a participar en la fiesta. Desde el primer momento hasta el último aprovechaban cualquier momento para acompañar a la banda con palmas que marcaban el ritmo si cabía aún más. Los característicos "uuh" sonaban desde diferentes lugares de la sala y, en cuanto se encendieron las luces en la parte final del show, la imagen de todo el mundo de pie, agitando su cuerpo al ritmo de la música ilustraba el éxito del espectáculo.

"We Love You" fue la frase más repetida de la noche. Maceo la utilizó repetidamente durante varias de sus canciones y consiguió la reciprocidad de los asistentes. Algunos de estos Te queremos fueron para Ray Charles y James Brown, a los que el saxofonista dedicó parten de su actuación. Versionó a Charles vistiendo gafas oscuras y se acordó del que fue su jefe durante más de 25 años gritando el famoso "Get up a...".

Maceo no solo utilizó su voz y su saxofón. Tuvo tiempo para tocar la flauta, acompañando el recite de unos versos de Shakespeare, y demostró tener dominió del instrumento transversal, aunque lejos del nivel que exhibe con su saxo. Fueron casi dos horas y media de espectáculo que mantuvo la intensidad en todas sus partes y en ningún momento se hizo pesado. Como ejemplo la enorme ovación que recibió la banda, que no tuvo más remedio que regresar e interpretar más temas. Llegó un punto en el que Parker tuvo que esperar debido al entusiasmo del público.

domingo, 4 de abril de 2010

Reedición 'Exile On Main Street'


El próximo 27 de mayo se pondrá a la venta una reedición especial de uno de los mejores discos de los Rolling Stones y de la historia del rock'n'roll, Exile On Main Street. La nueva tirada contará con los 18 temas originales del álbum, más diez cortes inéditos grabados durante las sesiones de 1972. Se publicarán tres diferentes formatos: el original con sus 18 canciones, la edición deluxe con los 10 temas inéditos y el super-deluxe que incluirá un vinilo, el documental Stones in Exile (Stephen Kijak) y un libro de coleccionista de 50 páginas.

Exile On Main Street fue grabado en 1972, en el sótano de la casa que Keith Richards alquiló al sur de Francia, después de que todos los miembros de la banda cambiaran su lugar de residencia del Reino Unido al país galo por sus problemas con el fisco británico. El domicilio de Richards se convirtió en el cuartel general, no solo de los Stones, sinó de otros muchos músicos,amigos y amigas de la banda y un buen surtido de traficantes de drogas; por aquel entonces el guitarrista tenía una fuerte relación con la heroína.

Exile On Main Street cierra el ciclo de una de las cuatrilogías más famosas del rock and roll, con el permiso de los cuatro primeros de Led Zeppelin. "Exile" es la obra que acaba de completar a sus predecesores Beggars Banquet, Let it Bleed y Sticky Fingers. Fue el primer disco doble de la banda, debido a la cantidad de material que crearon y la revista Rolling Stone lo colocó en el septimo lugar de su lista de Los 500 mejores álbumes de todos los tiempos. En el momento de su lanzamiento alcanzó el número uno de las listas tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido.

Los Stones todavía estaban saboreando el éxito de Sticky Fingers cuando empezaron a crear su nuevo trabajo. La diferencia de "Exile" con otros discos es que no fue un álbum que se creo pensando en crear un álbum, sinó el resultado de un estilo de vida (el de Keith Richards) durante un período de tiempo. Keith creó su mundo fuera de todo lo demás, ubicado de puertas adentro de su mansión en la rivera francesa, con su gente, sus invitados y otros espontáneos que aparecían y se esfumaban sin motivo alguno, o sí.

Era el caos, pero tal vez un caos tan perfecto que contenía todos los ingredientes para convertirse en el pastel más sabroso, en forma de Lp. Durante los cuatro meses que estuvo abierta la casa encantada de Richards se incendió la cocina por una explosión de gas, parte de la colección de guitarras del creador del riff más famoso del rock'n'roll (Satisfaction) fue robada y pasaron una cantidad de personajes de todas clases que sería imposible describir la situación sin usar un largo número de adjetivos. Mick Taylor comentó que cada día había 40 personas en la mesa a la hora del almuerzo, lo curioso era que cada vez eran diferentes a las de la jornada anterior.

De todo el desfile de camellos, chicas, aprovechosos de la situación y curiosos que pasó por la casa de Villefranche-sur-Mer hay que destacar las visitas de personalidades del mundo de la música como John Lennon o Gram Parsons. Este último colabora en algunas canciones y, durante todo el disco se nota la influencia y admiración que había causado en Keith desde que se conocieron años atras. Fue Parsons quien le introdujo definitivamente en la música country, en el resultado final de Exile On Main Street se nota claramente el influjo que tuvo el músico estadounidense sobre el stone.

Exile On Main Street es una combinación de todos los estilos musicales que habían dejado huella en los Stones hasta la época, una mezcla de rock'n'roll, blues, country, boogie-woogie y gospel, todo ello aliñado con el inconfundible sonido stone, personificado en la guitarra de Keith Richards y producido por uno de los grandes en su oficio, Jimmy Miller. Un trabajo excelente que se mezcló en Los Angeles y tuvo las colaboraciones finales de Billy Preston y Dr. John. Uno de los álbumes que, sin él, la historia del rock and roll sería diferente.