martes, 2 de marzo de 2010

Triste TVE

Triste, muy triste fue lo que sucedió durante el espectáculo que ofreció Televisión Española para elegir quién iba a ser nuestro representante en el festival de Eurovisión. La actuación de John Cobra fue simplemente lamentable. Mario Vaquero, su verdadero nombre, se encaró con el público que asistió a los estudios Buñuel de RTVE después de que los allí presentes le propinaran un sonoro abucheo tras concluir su actuación con la canción Carol. Vaquero, que estuvo más de dos años en la cárcel por agresión, se enfrentó al público echando mano de su entrepierna y clamando actos obscenos.

El comportamiento de John Cobra ya ha sido comentado, criticado y descalificado demasiadas veces desde el momento en que acabó su actuación, pero ¿realmente toda la culpa de lo sucedido recae en el rapero? Hay varios puntos a considerar en el momento en que alguien, bien sea una persona o una empresa, decide hacerse responsable de todo un proceso de selección a nivel nacional. Esto toma más importancia si se está hablando de un medio de comunicación y, especialmente, de la televisión pública de un país.

Siempre se debería tener en cuenta la calidad de los contenidos que emiten los medios de comunicación y, insistiendo una vez más, una televisión pública. Durante la programación de TVE se pueden encontrar contenidos de una gran calidad y responsable dedicación a la hora de su elaboración, programas dirigidos por buenos profesionales con muy buena documentación. Televisión Española gasta dinero en corresponsales e investigación y se preocupa de ofrecer una información contrastada y de calidad. Tal vez se deberían plantear la aptitud de los concursantes en el festival de Eurovisión, quizás bastaría con mirar los últimos años.

La selección de los participantes en el festival ha estado completada en las últimas ediciones por gente que venía de un reality show, Operación Triunfo, o con una estética parecida. El punto más elocuente lo propició la elección de Chikilicuatre para representar a España hace dos años, un invento de una compañía de humor que no hizo sino poner en evidencia la cultura musical de este país o la importancia que le dan los españoles al festival de Eurovisión, pues es evidente que Chikilicuatre era una burla con todas las letras. A pesar de esto, parece que la televisión pública española no escarmentó.

RTVE cuenta en sus filas con profesionales de muchos y muy diversos ámbitos, entre ellos periodistas y críticos musicales. No se puede adivinar el futuro, ni el comportamiento que van a tener personas ajenas a la televisión en un programa en directo, pero sí se puede seleccionar quién va a participar en esos directos. En el caso de John Cobra nunca se le debería haber dejado participar por su canción, no hace falta ser un gran experto en música para valorar la calidad de Carol. Hay muchos músicos de verdad buscando una oportunidad, para que TVE deje actuar a este personaje en horario de prime time.

Observando la dedicación y la importancia que se le ha dado a este proceso de selección del representante español en el Festival de Eurovisión por parte de Televisión Española, se deduce que en algunos momentos se les olvida la verdadera función de una televisión pública, que es informar, educar y entretener, ofreciendo unos contenidos de calidad, diversidad y respeto. En el caso de estas galas anuales parece que el mayor interés es conseguir los mayores índices de audiencia que sea posible, olvidándose de los principios básicos de una televisión pública.

Alguien puede buscar una excusa argumentando que este tipo de programas son entretenimiento, que están dentro de los contenidos que puede ofrecer la televisión pública, pero si esto supone vulnerar la obligación de mostrar contenidos de cierta calidad y respeto se debería de plantear de otra manera. Retransmitir una actuación como la de John Cobra, tal vez se pueda considerar como entretenimiento, pero no solo deja de ser educación y cultura, si no que pasa a ser antieducación y anticultura.

El presidente de RTVE, Alberto Oliart, anuncio tras el lamentable espectáculo, que TVE adoptará medidas para las próximas ediciones de Eurovisión. Oliart afirmó que se cuidarán de impedir que prosperen candidaturas que no reúnan “una mínima calidad musical”. Pero la verdad es que para el próximo año volveremos a ver una gala de unas características similares: gran escenario con gran espectáculo pero, aunque ningún personaje como John Cobra, lleno de triunfitos y triunfitas, y si no, el año que viene se comprobará, tiempo al tiempo.

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